Carta a mi Iluminati interior Cómo desprogramar el encadenamiento interior y exterior

"¿Recuerdas qué haces para crear un esclavo mental? Lo sabrás, pues tienes hasta manuales escritos con los pasos a seguir…

Conoces la unicidad de todas las cosas, que todo vive en Unidad y que por ello, tú no puedes operar, si no es desde la dualidad. Así que, amigo, siempre has de crear la falsa dualidad, para a partir de ahí comenzar a jugar. Cuando has terminado de tejer tus hilos, la mente no es una sino multiplicidad. Cada sub-aspecto tiene su historia propia, sus necesidades y sus miedos que sólo tú sabes satisfacer o avivar en función de tus propios designios. Así, caminamos compartimentados, divididos y a unos nos controlas más que a otros, pero todos en definitiva, bebemos de tu juego".

(...) "Observas con un ojo medio atento a quienes se embarcan en el camino del auto-conocimiento pues, aunque te sientes todo poderoso y satisfecho de tu manipulación, una chispita de duda te embarga al vernos caminar en esa dirección. “¿Y si despiertan a pesar de todo?”, te preguntas con sigilo. Aún así, descansas seguro, ya que por el camino del despertar, pocos despiertan realmente… y tú sabes porqué.

Resulta que hoy lo descubrí. Resulta que hoy lo viví. Resulta que hoy lo resolví".

Wallie, Liberación AHORA

Nota: para que pueda leerse con su auténtica pronunciación, en el texto se ha suprimido la doble l del vocablo original latino "Illuminati" (iluminados), nombre que tomó la sociedad secreta fundada en el siglo XVIII, parte del entramado oculto-esotérico donde la élite y el Sistema Global vigente tienen sus raices y fundamento.

Carta a mi Iluminati interior

Cómo desprogramar el encadenamiento interior y exterior

Querido controlador en la sombra de mi ser… Te he visto. Hoy puedo decir que te he visto funcionar en todo tu esplendor. Me hizo falta ver cómo trabajas en el mundo exterior, cómo tejes los hilos de la falsedad para sostenerte en tu poder, y así ver cómo operas por dentro, fiel reflejo de los ecos de lo oculto, como es arriba es abajo.

Pero hoy te he visto en toda tu gloria y me va a costar volverme a dormir, te lo digo muy en serio. Esta vez tendrás que emplear toda tu batería de trucos y estrategias porque hasta tu máxima arma, acaba de desplomarse ante mí. Si…

Hoy se ha abierto en mí el portal del Niño, y tú dirás…. “otra chorrada más de la Nueva Era, una meditación más para sanar al niño interior…sigue así, atrapada, en la rueda de la sanación, pues todo el tiempo que lo haces, sirves a mi propósito con honor”. No. El portal que se ha abierto nada tiene que ver con ello, ni mucho menos requiere sanación, y ese es tu problema, que ha caído como falso tu último bastión, tu última barrera.

¿Recuerdas qué haces para crear un esclavo mental? Lo sabrás, pues tienes hasta manuales escritos con los pasos a seguir…

Conoces la unicidad de todas las cosas, que todo vive en Unidad y que por ello, tú no puedes operar, si no es desde la dualidad. Así que, amigo, siempre has de crear la falsa dualidad, para a partir de ahí comenzar a jugar. Cuando has terminado de tejer tus hilos, la mente no es una sino multiplicidad. Cada sub-aspecto tiene su historia propia, sus necesidades y sus miedos que sólo tú sabes satisfacer o avivar en función de tus propios designios. Así, caminamos compartimentados, divididos y a unos nos controlas más que a otros, pero todos en definitiva, bebemos de tu juego.

Con ello obtienes que nos movamos a tu antojo respondiendo a la programación particular de cada aspecto de nuestro ser. Y nos tienes dando vueltas en laberintos internos, tratando de encontrar el centro, el centro que todo lo que ES, sin éxito, claro, pues tal es tu propósito.

A algunos nos tienes tan dormidos con la televisión y la programación básica familiar que ni te molestas en afinar tu maquinaria porque sabes que ya cumplimos como buenos obreros y esclavos.

Observas con un ojo medio atento a quienes se embarcan en el camino del auto-conocimiento pues, aunque te sientes todo poderoso y satisfecho de tu manipulación, una chispita de duda te embarga al vernos caminar en esa dirección. “¿Y si despiertan a pesar de todo?”, te preguntas con sigilo. Aún así, descansas seguro, ya que por el camino del despertar, pocos despiertan realmente… y tú sabes porqué.

Resulta que hoy lo descubrí. Resulta que hoy lo viví. Resulta que hoy lo resolví. ¿Ves que habloen singular y no en mi pluralidad?. ¡Estoy aquí, mírame! Sabes lo que significan el Ser y el Estar. ¿Puedes mirarme? ¿Acaso puedes realmente mirarme?...

Tu silencio me encanta… llevas toda la vida cotorreando… ¿callas ahora? No puedes verme, ¿verdad?... ¿Dónde estás iluminati? Este es un nuevo silencio para ti… uno que te ha dejado mudo de verdad. Cuando se abre este portal del Niño del Ser… desapareces, pues sabes que llegó tu hora de decir adiós. Tu propio papel ha caducado, leíste en tu interpretación, el renglón final…

¿Cómo nos mantuviste tanto tiempo alejados de la verdad de nuestro Ser? Lo hiciste con un truco muy sencillo que sin embargo pocos se atreven a desmontar. Verás… tú no puedes estar ante el Ser que somos ya que tu falsedad te haría desaparecer y explotar en mil pedazos de ilusoriedad. Así que la única forma que tuviste de empezar a jugar, fue crear frente al Ser, frente al Niño que representa la Verdad del Ser en toda su inocencia y fuerza creadora, una barrera a la que llamaste dolor. Esa pared fue llenada de todas las emociones que pudiste cosechar: emociones de espanto, pavor, horror, desgarro, terror, crueldad, tortura, desgracia, desdicha; y fuiste llenando ese muro con el hormigón emocional que nos causaría tanto dolor sentir si alcanzábamos a tocar siquiera sus paredes. ¡Nos engañaste con el dolor!

Una vez creada la gran barrera de dolor, nos dijiste que detrás de ella se encontraba el Niño herido. Tu nueva creación. Nos dijiste que el niño herido que somos, lleva una eterna herida y que las emociones de espanto y dolor que sentimos cuando nos acercamos al núcleo central de nuestro ser, son auténticas heridas, auténtico dolor de nuestra propiedad. Pocos se aventuran a caminar tan cerca de ese muro pues duele de verdad. Pocos aguantan el dolor de sentir esa herida fundacional en el centro de su ser. Es cierto. Hay que ser valientes, ¡o eso nos haces creer! El muro, nos dices, es la barrera protectora y tú eres nuestro máximo protector… ¡Estás aquí, en nuestras vidas, para proteger al niño herido que somos! Nada más lejos de la realidad, pues más que protector, ¡eres nuestro verdugo y captor!

Así que en tu programación incluyes mensajes como “no mires, no mires adentro, no merece la pena, tanto dolor” y tus amigos, la sociedad que te rodea te invitan a un trago, a que sigas durmiendo, durmiendo a tu dolor…

Y tu te ríes, Iluminati, porque nos tienes bajo tu control, con dolor o sin dolor jugamos el mismo juego que orquestaste para los unos y para los otros.

Por eso nos animas, a practicar la sanación, para así tenernos distraídos, sanando, sanando al niño interior, un esfuerzo que sabes es eterno PUES ESA ES TU TRAMPA.

Pero he aquí que un día decidí emprender el camino hacia ese muro. Y dije adiós a mis amigos y me alejé de todo aquello a lo que pudiera herir si la embestida era muy fuerte, en un instinto de protección hacia las personas amadas. Y me embarqué en un nuevo viaje interior, esta vez sin mochila ni hostias, directa al centro, directa a ese muro; y ahí me planté, ante esa barrera.

Las emociones de ese hormigón armado comenzaron a invadir mi interior… parecían serpientes que a modo de arroyos fueron regando mis canales sutiles internos de miedo, dolor, espanto, pavor; pero ahí estaba, de pie, ante el muro soportando el dolor. Y ahí seguí y seguí y seguí. Comenzaste a inquietarte…. pues viste que no me echaba atrás. Que ahí seguía. Me viste llorar presa de la emoción, me viste caer en una nueva historia, en un nuevo drama de esos que tejes entorno a las emociones para darles una EXPLICACIÓN creíble. Y una vez más, casi te vuelvo a creer. Casi vuelvo a pensar que sí, que esas emociones son mías y las creé yo. Pero a pesar de todo, decidí seguir ahí, presente, ante el muro… Presente.

Tus fuerzas flaqueaban pero yo ni lo sentí, ya que el dolor me había invadido y era todo cuanto podía atender. Pero te debilitabas, por segundos te debilitabas… El muro comenzó a reflejar la flojera de tu propio final y sus paredes comenzaron a agrietarse.

Dolor, grieta, dolor, grieta... así nos la pasamos tú y yo en un duelo final; hasta que por fin, el muro colapsó.

Lo que me encontré tras ello me sorprendió más a mí que a ti, pero tú ya no estabas presente y no pude ver tu reacción…

Cuando abrí los ojos tras aquella explosión de falso hormigón, descubrí que el centro de mi ser estaba vacío. ¡No había un niño herido! Nunca hubo un niño herido! Aquello era una ilusión!... No hay herida! Escúchame bien: ¡No hay herida! ¡Por ello nunca terminamos de sanar! No hay herida, ¿cómo puedes encontrar solución a algo que no existe? ¡No hay solución! ¡No hay herida que sanar! Pero todo el tiempo que tú crees que sí, que tienes una herida fundacional que sanar para estar bien, es tiempo que te pasas alrededor del muro de la mentira intentando sanarlo, cuando lo que tienes que hacer es dejar que se derribe él solito, comprendiendo su falsedad!

Una vez el muro derribado, afloró el portal del Niño, el Niño que es nuestro Ser interior. No tiene forma ni color, es la emanación más pura de lo que somos en realidad. En presencia de ese Ser, no hay Iluminati que se sostenga en pie. No es posible estar presente ante la Unidad, pues lo falso no sobrevive a lo real.

Hablando desde el silencio, donde todas las palabras son sólo una aproximación… el Ser afirmó:

¡ESTOY AQUÍ!

¿Iluminati?….Estoy aquí, ¿dónde estás tú?

¿Iluminati?

...

¿Iluminati?

...

¿No te escucho?....

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Wallie

Pd: Notas para la desprogramación…

1. Se programa un falso núcleo rodeado de un muro de falso dolor.
2. Se programa el olvido del núcleo verdadero.
3. Se programa la creencia en la imposibilidad de desprogramarse con facilidad.
4. Se programa la imposibilidad de alcanzar el núcleo falso pues la barrera del dolor es infranqueable.
5. Se programa que no hay núcleo falso sino que se vive desde la superficie, a modo reactivo, respondiendo ante los estímulos externos (programados) sin contrastar nada con la ayuda de una autoridad interior programada para ser inexistente.
6. Se programa miedo ante el auto-conocimiento y que en el peor de los casos, quienes auto-indaguen se topen con el núcleo falso y con el muro del dolor.
7. Así se controla el organismo creando barreras y cortafuegos que impiden llegar al núcleo falso y luego al núcleo real.

Estrategia para derribar el muro

Si decides embarcarte en esta exploración, asume toda tu responsabilidad.

1. Acude internamente sin miedo ante el muro.

2. Acampa -si hace falta- ante él.

3. Tómate tu tiempo, lo que tardó en ser construido lleva algo de tiempo en derrumbarse, dependiendo del nivel de tu programación interna y del trabajo desprogramador que ya hayas realizado.

4. Respira profundamente al tiempo que sientes la base de tu Ser. Asiéntate en esa base del ser y siente cómo todo aflora de ahí. Incluso el muro, surge de la base de tu ser, la conciencia. Presta más atención a la base de tu ser que al muro y permanece así, anclando en tu conciencia, la sensación de estar sostenido por la base de tu Ser, la base de la conciencia. Cuando eso sea una sensación muy viva, entonces, observa y siente el muro y deja que el dolor te invada.

5. Al tiempo que sientes el dolor, observa cómo estás sostenido por la base de tu Ser. Mantén la conciencia en ambas "situaciones". Poco a poco verás que la conciencia de tu Ser, comienza a derretir el falso hormigón del muro. Sigue ahí, Presente, atestiguando este proceso de descomposición hasta que te hagas victorioso. Si logras estar presente sin disociar preso-a del dolor, alcanzarás la victoria, no puede ser de otro modo.

Notas para el investigador:

El iluminati interno es una creación aparentemente natural del mecanismo del ego. El iluminati externo es simplemente alguien que conociendo el mecanismo natural de funcionamiento del ego, lo emplea para su propio beneficio, articulando una serie de estrategias para someter mediante los iluminatis internos, al máximo número de personas y así hacer realidad el sueño del ego: la manipulación y control total de la realidad y del Ser.

Todas las estrategias empleadas por los iluminatis externos, son empleadas por los iluminatis internos, luego aprendiendo de los unos, nos liberamos de los otros. Como arriba es abajo y viceversa, lo oculto por primera vez nos beneficia de lo lindo!.

Las guerras externas reflejan las guerras internas en las que un supuesto ejército sub-personalidad, ataca a otro supuesto aspecto interno bajo la falsa bandera de la legitimación del ataque. Nuestras Naciones Unidas internas, están tan comprometidas como las externas. La corrupción interior, tan corrompida como la exterior.

Y si la cosa se pone muy caliente, la amenaza de una falsa invasión alienígena es una de las últimas estrategias de dominación tanto interior como exterior (proyectamos hacia el Otro aquello que no podemos/sabemos/queremos asumir).

El recurso a males mayores como medida desesperada de mantener el control de la psique es similar a las medidas desesperadas de los iluminatis externos por conseguir el gobierno único mundial, que no es sino el reflejo del deseo del iluminati interno de alcanzar el gobierno único interno: el control sobre el falso núcleo bajo la apariencia de erigirse en PROTECTOR del sistema, la estrategia fundacional del ego. El Iluminati se presenta como protector del mundo, así como el ego se presenta como protector del falso núcleo.

La guerra por el petróleo, es la guerra interna por los recursos energéticos, pues el oro negro es la sangre que conduce al núcleo de la tierra, así como nuestras venas y canales sutiles por donde fluyen la vida y la energía  nos conducen al núcleo de nuestro ser. Dominar esta energía es una forma de mantenernos en la hambruna, la desinformación y la inconsciencia.

Y por último… ¿qué decir de la prensa interna, de los medios de comunicación internos y de su papel como portadores de desinformación y cotorreo en el interior de nuestra psique?...

Ya véis cómo va… os dejo la madeja para que sigáis desenroscando las hebras y os acerquéis con firmeza y valor ante vuestro propio falso muro del dolor y seáis testigos de su derribo final.

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-Sin miedo y sin ira, transcendiendo, que es gerundio-

Wallie del Bosquecillo, desprogramadora forestal y fractal

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