Canalización: Jean Luc
Ayoun
Transcripción:
Veronique Loriot
Traducción: Milagros
Gómez
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Mi nombre es Teresa. Vengo a ustedes con el fin de hablarles de dos
cosas que pueden ayudarlos a concretizar eso hacia lo que van. Dos palabras:
Pequeñez y Grandeza, son seguramente la ilustración de lo que me fue dado a
vivir, al comienzo del siglo pasado, en esta Tierra, y que he descrito como mi
deseo más íntimo, cuando estuve encarnada. Ese deseo no era un deseo que
buscaba una promoción cualquiera de mi misma sino más hacia una convicción que
yo tenía, siendo una niña, que para encontrar el Amor indescriptible, yo debía
pasar por la Pequeñez ,
es decir hacerme tan pequeña hasta ya no existir. Pequeña, yo no quería dejar
de existir aquí, en este mundo que yo recorría, ya que yo pensaba
permanentemente en el otro mundo, al que yo llamaba la verdadera Vida, en mi
infancia, con lo que yo llamaba el Cristo, los Santos, el Paraíso. Entonces yo,
durante mi corta encarnación, busqué, en todo momento, esta noción de Pequeñez.
Eso no era con un sentimiento de castigo cualquiera, sino que respondía
verdaderamente al llamado de mi alma, a ser nada de este lado, esperando y
pensando, en esa época, que yo sería muy grande y muy cerca del Cristo allá
arriba, según las palabras de mi época.
Entonces, por supuesto, en la sociedad occidental, de todos los tiempos,
se enseña, muy pequeño, a ser algo o alguien, a través de un reconocimiento, el
que sea, de su esposo, de su esposa, de sus hijos, de sus padres, a nivel de la
vida, simplemente todo, con el fin de no ser inexistente y de tener un rol, una
función, un lugar. Eso nunca me pasó cuando era una niña ya que tenía esta
íntima convicción de que sí yo era pequeña aquí, entonces, necesariamente,
seria recibida en el Cielo, según las palabras de la época.
Así que hice todo lo posible para poner en práctica esta convicción.
Efectivamente puse en obra esta noción de Pequeñez a través, por supuesto, de
cosas que hoy pueden parecer, en este mundo, muy anticuadas y obsoletas: la
obediencia, la obediencia a una autoridad superior, el Servicio, el don del
alma, de mi misma, sin quejarme a todo aquello que me era pedido. Muy pronto,
me di cuenta de que comportándome y viviendo de esta manera, yo ya vivía
interiormente un sentimiento de plenitud muy particular. No tenía palabras,
entonces, para expresar lo que yo vivía, si no era a través de mi comunión con
Jesús, con María, en el lenguaje de la época y que deben colocarse en el
contexto de hace 100 años.
Entonces, hoy, voy a expresarme más bien con las palabras de hoy y
adaptadas a la época a la cual ustedes están encarnados. Por supuesto, otras
Hermanas y otros Ancianos les han expresado esta noción. Ya sea el Maestro
Philippe o mi Hermana Hildegarde. Hay, en ese misterio de Pequeñez,
verdaderamente, un misterio esencial. Es un misterio en tanto se quede a nivel
de la personalidad, de la vida común y ordinaria ya que, efectivamente, quien
puede imaginar, pensar o incluso soñar, que borrándose, eh bien, se penetra en
un espacio de sí mismo muy particular.
Borrarse no quiere decir desaparecerse o ser humillado o humillarse uno
mismo, sino que es una invitación a penetrar en la profundidad de uno mismo ya
que, por supuesto, cuando ya no hay intención de ser algo en el exterior, eh
bien algo, en el interior, aparece en ese momento.
Teniendo en cuenta esas palabras de mi época hoy, es a ese paso que
ustedes están invitados. Ese paso representa, de alguna manera, un principio de
vasos comunicantes. No pueden acceder a la Verdad de vuestro ser, en tanto interpreten, en
el exterior de ustedes mismos, un rol. Incluso si ese rol puede hacer de
ustedes, algunas veces, alguien que se sacrifica por otro o por una causa.
Incluso si, efectivamente, el aspecto puede ser el mismo, hay una gran
diferencia entre el que esta en una noción de sacrificio, esperando una
recompensa y aquel que vive realmente esa Pequeñez. Entonces, si la palabra
Pequeñez los molesta, hoy, es de una manera diferente que yo hablaría. Imaginen
que esta Pequeñez, de hecho, sea una atenuación, una disminución del ego, de la
personalidad, del "yo", y sobre todo, hoy, para ustedes, entonces,
comienza a aparecer otra cosa: el Sí, la Grandeza. Pero esta
Grandeza, ella no puede expresarse en el exterior, ella se expresa en el
Interior.
De acuerdo con el principio de vasos comunicantes, si ustedes ya no son
nada afuera, ustedes se convierten en todo adentro. No ser nada afuera, no
quiere decir retirarse del todo. Sino remplazar ese todo con algo que no es la
finalidad, es ya, de alguna manera, cambiar de objetivo, cambiar de prioridad y
crear las circunstancias propicias para otra cosa. Esta otra cosa, que es
invisible, intangible, que puede parecer una Creencia, una fe ciega, está mucho
más allá de eso. Ya que cuando aceptan, sin contrariedad y sin sacrificio, de
no dejar que se manifieste todo lo que hace que existan los juegos en la
sociedad, en las relaciones entre los seres, entonces, nacerá, en ustedes, otra
cosa. Entonces, por supuesto, las palabras que emplean hoy, de Luz, de Êtreté,
no tendrían cabida de ser, en mi época. Entonces yo llamaría eso: el Cristo,
María.
Muy joven, tuve la oportunidad de vivir un momento de éxtasis y ese
momento único de éxtasis me llevo en mi corta encarnación ya que yo sabía que
este pequeño éxtasis, que yo experimenté muy joven, era verdaderamente la
solución. Entonces, todos ustedes, hoy, aquí, que viven hoy en este mundo,
ustedes tienen una oportunidad extraordinaria, es que esos momento que para mí,
no duraban sino el espacio de una mañana, un domingo, algunos minutos, ustedes
tienen la posibilidad de reproducirlos en ustedes, cuando oran, cuando meditan,
cuando se alinean y es exactamente eso que es necesario buscar, es exactamente
a eso que es necesario abandonarse. Entonces, por supuesto, esos momentos,
ustedes los viven en circunstancias particulares, en vuestras oraciones,
vuestras meditaciones, vuestros alineamientos y lo que es importante entender,
es que incluso en la acción y en el juego de la personalidad, esos instantes
deben quedar grabados en ustedes. Ya que si ustedes graban vuestra Conciencia
que se mantiene en lo que han vivido en ese espacio particular de ustedes
mismos, ustedes van a recrear ese estado, en otro momento. Ya que ese espacio
que ustedes han experimentado, en un momento preciso, puede completamente
manifestarse en los momentos cuando ustedes efectúen otra cosa que ese momento
de alineación.
Al recordar y al revivir, de algún modo, lo que han vislumbrado o
experimentado más o menos intensamente en vuestros momentos Interiores, ustedes
van a poder manifestar en el exterior eso y, en ese momento, sucederá un
proceso particular: cuanto más lleven a cabo eso que tienen todavía que
concluir, por vuestras obligaciones, vuestros roles que para algunos persisten,
ustedes pensarán más en ese momento, este será capaz de aparecer en vuestras
actividades exteriores con mucha más facilidad que en mi tiempo. Si ustedes
adoptan esta conducta, ustedes van a percibir, muy rápidamente, que vuestros
momentos exteriores podrán ser vividos de manera idéntica a lo que habían
vivido, en otro momento, cuando ustedes estaban dirigidos hacia ustedes mismos.
La otra consecuencia, innegable, es que cuando están en una actividad,
la que sea, exterior, ustedes rememoran tener el recuerdo de la Luz , de la Vibración que recorrían,
entonces ustedes podrán manifestar de nuevo esta Vibración y sobre todo, hagan
lo que hagan, la personalidad no podrá hacerse invasora. Es así que se instala la Pequeñez. Ella no
se instala con la humildad que ustedes decidirán, así, de un día para el otro,
de convertirse en humilde. Ya que hay un riesgo, es que el mismo ego se apodere
de esta humildad para hacer, de alguna manera, un hacer valer, más que un
estado Interior. Al contrario, si ustedes toman como hábito, incluso en los
gestos o en las acciones más simples de la vida ordinaria, como mirar a otro,
como intercambiar algunas palabras, si ustedes rememoran esta Luz, este estado,
esta Vibración, según lo que ustedes han vivido, esta Alegría, entonces ese
momento se llenará de ese estado. Eso se llama, yo creo, en diferentes
enseñanzas, el principio de la
Atención ya que, allá adonde los lleve vuestra Atención,
vuestra Conciencia se manifiesta.
Entonces, ustedes ven, no es cuestión de pasar 24 horas sobre 24
pensando en el alineamiento sino en vivir en ese estado particular, incluso
cuando están en una acción exterior, en un quehacer ordinario. Ya que es
realmente esta Atención que llevará la vivencia real de la Humildad , de la Simplicidad y de la Pequeñez. En este
caso, no son ustedes quienes deciden ser humilde y sencillo, eso se establece,
de alguna manera, en sí mismo. Desde que hay, la comprehensión de ese mecanismo
de la Conciencia
en el que ustedes están, incluso en una actividad exterior, conscientes de esos
momentos que han vivido antes y constatarán rápidamente que ese momento o esos
momentos se instalarán, primero cuando lo piensen y luego, rápidamente, en un
segundo tiempo, percibirán los momentos en que saldrán de ese estado de
Pequeñez y de Alegría. Ya que paradójicamente, es la Pequeñez que confiere
Alegría, ya que la Alegría
existe en el Interior, ante todo, cuando contactan vuestro Corazón. Y entonces,
incluso si ustedes hacen una tarea que no les satisface a nivel de vuestra
personalidad, algo que les parece inútil o frívolo, es sobre todo en esos
momentos que deben pensar a lo que han vivido en los momentos Interiores, con
el fin de que eso que les aparece frívolo e inútil pueda llenarse de eso que
ustedes habían vivido en un estado de plenitud. Y por otro lado, cuando viven
vuestro alineamiento, ya sea en la tarde o en otros momentos, ustedes ya no
están en le exterior, ustedes renuncian, de alguna manera, de manera efímera, a
vuestros roles, a vuestras actividades, para penetrar en el Interior de ustedes
mismos. Es en esos momentos de alineamiento que descubrirán , de alguna manera
la grandeza que hay en ustedes: ese aliento, ese calor, esa fusión, esa
comunión, poco importan las palabras que empleen sino un estado diferente de lo
que constituye, en general, el cotidiano del ser humano en todas sus
actividades cotidianas. Si ustedes fuesen capaces de rememorar esos instantes
lavando un piso, planchando, realizando algo que los molesta, entonces,
rápidamente, se darán cuenta de que la contrariedad misma desaparece y que
ustedes efectúan esa tarea poco a poco con una Alegría y finalmente,
rápidamente, podrían darse cuenta que cada tarea puede ser llenada de la misma
gracia y de la misma Alegría. Ya que no están identificados, incluso
haciéndolo, a esa tarea, a esa acción, ustedes están plenamente conscientes que
ustedes efectúan algo que antes no les gustaba, que ahora se lleva a cabos de
manera diferente, ya que ustedes han reconectando, en ustedes, un momento de
gracia que se puede manifestar en algo que, antes, podía parecer odioso. Es así
que se pasa de la Pequeñez
a la Grandeza.
Los mecanismos que se ponen en marcha ahora y ya presentes desde hace
algún tiempo en la Tierra ,
les permitirán rápidamente realizar eso. Es la característica del momento que
viven, es que todo es muy rápido, en un sentido como en el otro. Entonces yo
les afirmo que es suficiente aprovechar la calidad y la rapidez de lo que está
allí para manifestar ese paso. Cristo había dicho: "Aquellos que quieran
elevarse serán descendidos y los que se desciendan serán elevados". Eso no
tenía nada que ver con ninguna historia moral, es exactamente de ese proceso
del cual Él hablaba, que está ilustrado hoy, a través de lo que les han
enseñado algunas de mis Hermanas y algunos de los Ancianos, con la última
Inversión y la última inversión del Triángulo situado en vuestra frente, que le
permite a ese ego, a ese fuego del ego, a esa personalidad, de transmutarse, de
invertirse y de dejar aparecer, entonces, el Fuego del Corazón o del Espíritu,
Don del Sí a sí mismo, esa Pequeñez que, de hecho, es una Grandeza. Esa
Pequeñez en esa Dimensión, en la que ustedes están, cuando ella es vivida,
confiere la más grande de las recompensas, que no fue sin embargo buscada como
tal pero que se instala desde que ese cambio, esa inversión de la Energía situada a ese
nivel de esa Conciencia es efectuada. Recuerden que no es necesario pensar en
la humildad o en la simplicidad únicamente en esos términos y en su definición.
Sino que es recordándose de vuestros estados de alineación, vuestros estados de
Paz, incluso si ellos fueron lo más fugaces que han vivido en esos momentos de
alineación, que ya hayan recorrido los caminos de la Gracia y de la Alegría Interior
o que ustedes simplemente se hayan rozado, o acercado a ciertos estados, eso no
confiere ninguna diferencia a la Conciencia. Ya que si ustedes son capaces de
rememorar ese instante, y sobre todo en las cosas más simples y yo diría las
menos agradables de vuestras actividades cotidianas, entonces ustedes
constatarán rápidamente que ustedes encontrarán, de manera amplificada, ese
estado Interior ya que probarán a ustedes mismos y a vuestra propia Conciencia
que ustedes han hecho la
Inversión ilustrada en las palabras del Cristo. Es
exactamente de eso que Él hablaba, es exactamente eso de lo cual hablaba
también el Maestro Philippe de Lyon y eso corresponde a la completa Verdad.
En efecto, la tendencia, como ustedes lo saben, de la personalidad, es
siempre esa fragmentación, esa apropiación, esa necesidad de tomar
permanentemente, ya eso sea del conocimiento, que eso sea de la ciencia.
Entonces, eso permitirá invertir vuestra propia personalidad y de poner, en un
primer tiempo, al servicio de algo mucho más grande. Entonces, poco a poco, esa
pequeñez se instalará ella misma, ya que una vez más, no es la negación de lo
que ustedes son, sino que consiste, simplemente, en colocar la personalidad y
las acciones exteriores, cualquiera ellas sean, en su lugar adecuado,
acercándolos entonces, poco a poco de lo que los orientales les gusta llamar la Ilusión o el Maya de esta
Dimensión. Entonces por supuesto, la época que ustedes viven es muy
particular, ya que ella ve, de una manera general y colectiva, el final de este
Maya, de esta Ilusión. Pero recuerden lo que les han dicho los Ancianos y los
Arcángeles: "Ustedes irán exclusivamente adonde vuestra Vibración los
lleve" y no vuestras Creencias sobre ustedes mismos y no un éxito
material, afectivo, o el que sea. Todo dependerá exclusivamente de vuestra
Vibración, todo dependerá exclusivamente de lo que ustedes hayan alcanzado y
tocado en este mismo mundo.
Entonces, por supuesto, algunos seres viven estados muy cercanos de la Luz en el momento de sus
alineamientos y luego, desde que salen de esos estados, entonces ellos realizan
su trabajo y la personalidad se hace cargo, para realizar, como si nada hubiese
pasado, las actividades ordinarias y usuales, dejando entonces a la
personalidad, la posibilidad de retomar su lugar, de alejarlos de la Pequeñez. Allí está
una de las trampas de lo que es llamada la personalidad o el ego, que debe ser
superado y que es completamente superable por lo que yo acabo de decirles. Es
muy sencillo. No hay necesidad de, incluso si eso corresponde a puntos de
energía particular, de ocuparse de eso. Debido a lo que se realiza actualmente
en la Tierra ,
en vuestra Dimensión, ustedes se darán cuenta, muchos de ustedes, que todo
sucede muy rápido, que vuestros pensamientos de materializan rápidamente, que
crear algo en vuestras vidas se vuelve cada vez más rápido, como si ustedes se
hubiesen convertido efectivamente en creadores de vuestra propia realidad, en
cada instante, y es exactamente eso. Es precisamente esa aceleración que les
permite realizar rápidamente lo que yo acabo de mencionar.
Así que recuerden que hacer un trabajo de Servicio por la Tierra , es extraordinario,
es por otro lado esencial pero ustedes, ¿cuando ustedes darán servicio? Ustedes
dan servicio, por supuesto, trabajando al servicio del colectivo pero es
necesario también ser capaz de servirse uno mismo, más allá de la personalidad
y lo que yo les mencioné es sin duda, hoy, por el hecho de esa rapidez, el
medio más directo para llegar al Sí e instalar en ustedes la permanencia de un
estado de Alegría, de Paz, de Serenidad, donde podrá manifestarse, en el seno
de vuestra Pequeñez, vuestra Grandeza. Eso era lo que yo tenía que decirles,
era muy sencillo. Entonces, si con relación a eso, y exclusivamente con
relación a eso, ustedes tienen necesidad de otros elementos, y si yo puedo
darselos, yo se los doy con placer.
No tenemos preguntas. le agradecemos.
Entonces, mis Hermanos y Hermanas, mis amigos, yo les transmito todo mi
Amor. Lo que ustedes viven, lo que vivirán, es algo maravilloso. Muchas almas
desearían vivir eso que ustedes viven, en un cuerpo. Esa revolución, esa
revelación extraordinaria de la Luz
es un momento de gran Gracia, es único. Por supuesto, más allá de lo que fue
anunciado, de la liberación del encierro de esta Ilusión, la experiencia de
vuestro Espíritu, en este momento, es única. Entonces, aprovechen esta
oportunidad única con todo el Corazón, de frente. Vayan hacia lo que son, en
completa serenidad, no tienen nada que perder ya que, de todas maneras, en este
mundo y en esta Ilusión, todo está perdido. Tienen todo para ganar. Yo les
digo, hasta ahora, ya que yo acompañaré, con ustedes y en ustedes, vuestro
alineamiento y yo espero simplemente que ustedes se recuerden de estas frases
de quien fue llamada la pequeña Teresa, ya que ustedes tienen una palanca
extraordinaria, para acelerar lo que se acelera ya. Yo les digo, hasta ahora.
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